La "Posidonia oceanica" es una planta endémica del Mediterráneo
con raíces, tallo, hojas y frutos que vive bajo el agua entre la
superficie y una profundidad máxima de unos cuarenta metros. La
planta forma las praderas de posidonia, llamadas también algueros
aunque no estén formadas por algas, que son el ecosistema más
importante del Mediterráneo, equivalente al de los bosques dentro
de los ecosistemas terrestres.
Se considera que en las Illes Balears i Pitiüses existen unos 750
km2 de extensión de praderas de posidonia situadas sobre fondos
arenosos y excepcionalmente sobre fondos rocosos, que aportan grandes cantidades
de oxígeno y materia orgánica, contribuyendo, por otro lado,
al equilibrio de los sedimentos al formar arrecifes-barrera que mantienen
la estabilidad del litoral y protegen las playas de la erosión.
Las praderas de posidonia también son una gran fuente de biodiversidad
al ser el hábitat de numerosas especies vegetales y animales, algunas
de ellas en peligro de extinción. La "Posidonia oceanica" tiene
un ciclo de crecimiento anual y las hojas muertas, a veces en forma de
bola, se depositan en las playas protegiéndolas de la erosión
que provocan las olas.
Los algueros del archipiélago balear se encuentran diseminados
por muchos lugares. Las principales concentraciones se encuentran en Ses Salines d'Eivissa i Formentera, sur de Formentera, Sant Antoni de Portmany
en Eivissa, sur de Menorca, las bahías de Alcúdia, Palma
y Pollença en la isla de Mallorca, y Cabrera. Aunque la comunidad científica ha
reconocido su importancia para el mantenimiento de la calidad de las aguas
litorales y para la formación y conservación de playas, los
algueros se encuentran amenazados, entre otras causas, por los vertidos
incontrolados que contaminan el agua, la construcción de puertos,
muelles y diques que originan cambios en las corrientes marinas, la regeneración
de las playas con extracciones de arena del fondo del mar, la pesca ilegal
de arrastre, el fondeo no regulado de embarcaciones y la introducción
de especies exóticas como la Caulerpa taxifolia.
Por último, destacar que en 1993 la Unesco declaró la isla de Menorca Reserva de Biosfera por el importante patrimonio arqueológico
y natural que conserva, entre el que se encuentran importantes algueros.
Por otro lado, las praderas de posidonia del Parque Natural de ses Salines
situadas en el sur de Eivissa y norte de Formentera, junto con otros lugares
monumentales de la isla de Eivissa, como son el recinto fortificado de
Dalt Vila, la
necrópolis
del Puig des Molins y el
poblado
fenicio de sa Caleta, fueron declaradas en 1999 Patrimonio de la Humanidad
por la Unesco.
Fotos ©
Biel J. Perelló
i Coll